Entre el jueves 3 y el lunes 7 de octubre, Cristina Kirchner vivió un “operativo clamor” con fuerte impulso camporista para que tome las riendas del Partido Justicialista, que derivó en su aceptación de esa propuesta. A lo largo de esos días, recibió distintas adhesiones, aunque no alcanzaron la unanimidad dentro de las distintas vertientes del justicialismo.